viernes, 23 de marzo de 2007

Hay días...


Hay días en los que la vida se nos presenta como una montaña alta que tenemos que escalar.
Hay días en los que más que vivir parece que nos viven.
Hay día en los que el primer reto es levantarse de la cama y el último acostarse.
Hay días en los que los escalones que tenemos que subir se nos antojan demasiados y demasiado altos para nuestras fuerzas.
Hay días en lo que todo parece derrumbarse alrededor y la soledad y el dolor y el miedo, nos envuelven, nos cercan, parece que nos atraparan.
Hay días en los que lo que más deseo es desaparecer, volar, esfumarme, desaparecer.
Hay días en los que rezo y pido a Dios que calme el dolor que siento, y lloro y pido desaparecer. Susurrando "Señor, por favor, hazme desaparecer..."
Hay días en los que vivir es un reto, una trampa, un imposible.
Hay días que debieran ser borrados de los días que nos toca vivir.

domingo, 11 de marzo de 2007

Diferencia

Tú eres libre frente a mí,
yo no soy libre frente a ti.

Eso es lo que nos diferencia.

Tú eres adulta,
yo sólo una niña.

martes, 6 de marzo de 2007

Nunca

Nunca conoceré la amistad verdadera, soy demasiado impaciente, nunca seré un hada, tengo demasiada memoria, nunca habrá nadie que me de un abrazo siempre que lo necesite, nunca podré llorar en un hombro ajeno, nunca nadie me dirá que me quiere tanto que no puede medirlo, nunca me besarán, nunca nadie va a protegerme, nadie va a calmar mi soledad, nunca, nunca, nunca...

domingo, 4 de marzo de 2007

Aceptar

"Acepta lo inesperado, te hará crecer"

sábado, 3 de marzo de 2007

La amistad

Para mí la amistad es algo de dos, si es uno el que siempre pregunta, demuestra el deseo de hablar con el otro, si es uno el que siempre escucha y nunca cuenta, si los pasos llegan siempre del mismo lado... eso no es amistad.

Así que hasta que tú quieras, (o hasta que yo rompa la promesa que me he hecho) si es que esto nuestro es amistad.

viernes, 2 de marzo de 2007

“Como si se pudiese elegir en el amor,
cómo si no fuera un rayo que te parte los huesos
y te deja estaqueado en la mitad del patio…”

(Cortázar.)