
Hay días en los que la vida se nos presenta como una montaña alta que tenemos que escalar.
Hay días en los que más que vivir parece que nos viven.
Hay día en los que el primer reto es levantarse de la cama y el último acostarse.
Hay días en los que los escalones que tenemos que subir se nos antojan demasiados y demasiado altos para nuestras fuerzas.
Hay días en lo que todo parece derrumbarse alrededor y la soledad y el dolor y el miedo, nos envuelven, nos cercan, parece que nos atraparan.
Hay días en los que lo que más deseo es desaparecer, volar, esfumarme, desaparecer.
Hay días en los que rezo y pido a Dios que calme el dolor que siento, y lloro y pido desaparecer. Susurrando "Señor, por favor, hazme desaparecer..."
Hay días en los que vivir es un reto, una trampa, un imposible.
Hay días que debieran ser borrados de los días que nos toca vivir.